jueves, 21 de octubre de 2010

DESCUBRIENDO TU IDENTIDAD

INTRODUCCIÓN
Las tres incógnitas que desde tiempos ancestrales el hombre se ha formulado son ¿De donde venimos? ¿Por qué estamos aquí? y ¿Hacia dónde vamos? La realidad es que a ninguna de esas tres preguntas el hombre ha podido responder.
Ser cristiano nada tiene que ver con tener identidad, aún cuando nos esforcemos por dar un buen testimonio. Para conocer nuestra verdadera identidad debemos retomar las tres incógnitas ancestrales del hombre: ¿De donde venimos? ¿Por qué estamos aquí? y ¿Hacia donde vamos? La primera nos da información acerca nuestro origen, la segunda sobre nuestro propósito y la tercera sobre nuestro destino. Cuando logremos responder estas tres incógnitas sabremos entonces quienes somos en realidad.
IDENTIDAD DESCONOCIDA
“Pues el padre mismo os ama, porque vosotros me habéis amado, y habéis creído que yo salí de Dios. Salí del Padre, y he venido al mundo; otra vez dejo el mundo, y voy al padre” (Jn.16:27-28).
Si alguien desea conocerte puedes responderle dándole tu nombre y apellido. Todos tenemos una identidad. Referencias que especifican quiénes somos, dónde vivimos, dónde nacimos, a que nos dedicamos, etc.
Hace poco conocí a una persona que padece de la enfermedad de Alzheimer. Un día de pronto empezó a desconocer a las personas, a su familia y hasta a él mismo, hasta convertirse en una especie de robot humano que no almacena recuerdos, que hace las cosas como por instinto, que duro y difícil debe de ser vivir de esa manera, sin una identidad, sin saber quién soy, sin tener un propósito.
LAS TRES INCÓGNITAS DEL HOMBRE
Las tres incógnitas que desde tiempos ancestrales el hombre se ha formulado son ¿De donde venimos? ¿Por qué estamos aquí? y ¿Hacia dónde vamos? La realidad es que a ninguna de esas tres preguntas el hombre ha podido responder. La ciencia (humana) ha tratado de explicar la primera incógnita, el origen del hombre.
Desde la antigüedad muchos personajes han tratado de buscar una explicación para el origen del ser humano. Filósofos griegos como Anaximandro y Aristóteles (Teoría de la generación espontánea), científicos como Erasmus Darwin (Selección natural) y más tarde su nieto Charles Darwin (Selección natural y la teoría de la evolución), Lamark (Teoría del uso y deshuso). Luego, tras no tener suficientes elementos o carecer de validez científica se han planteado teorías más modernas como la teoría moderna de la evolución (Darwin-genética del siglo XX), basada en que la vida tiene “ritmos de evolución” (equilibrio alternado: Periodos de estabilidad alternados con cambios rápidos debido a mutaciones genéticas). En general, la teoría más aceptada sobre el origen de la vida es la Oparin-Haldane cuyo sustento principal se basa en los resultados del experimento de Stanley Miller. Sin embargo ninguna de estas teorías nunca han podido explicar ni siquiera “origen humano del hombre”, por eso sólo son teorías, no leyes. Una ley es comprobable, una teoría no. La ley de la gravedad es válida en México y en China. Muchas leyes de la física como la segunda ley de la termodinámica y la ley de la entropía refutan categóricamente la teoría moderna de la evolución.
Como la ciencia no puede explicar el origen del hombre te dice que eres un accidente cósmico (esto también contradice la ley de las probabilidades). Para que tengas una idea de lo ridículo de este argumento, considera este ejemplo. Imagina que vas caminando por el desierto y de pronto te encuentras bajo la arena un reloj antiguo (de manecillas). ¿Qué tan probable es que ese reloj se halla creado y armado por accidente a lo largo de miles de años y más aún, que justo cuando lo encuentras tiene la hora correcta? ¿Suena ridículo? ¡Pues es más probable que eso sea posible a que el hombre sea producto de la evolución! Si eres un accidente de la naturaleza, entonces tu vida carece de sentido, no tienes un propósito (naces, te reproduces y mueres), y por lo tanto la ciencia tampoco puede responder a la segunda incógnita: ¿Por qué estamos aquí? y si no tienes un propósito específico en la tierra, la muerte es el fin de tu vida, es tu destino final, así se resolvería también la tercera incógnita.
Es común entre los jóvenes escuchar frases como “sólo se vive una vez” ó “voy a hacer lo que quiera con mi vida”. Más aún, muchos adolescentes son arrastrados por tendencias, modas e ideologías que ven y escuchan en la televisión. Esto denota una falta de identidad.
¿SER CRISTIANO ES TENER IDENTIDAD?
Esta pregunta podría extrañar a algunos, pero es como cuestionar si todos los que van a la iglesia son salvos. Ir a la iglesia, saber de memoria la Biblia o tener una religión nada tiene que ver con salvación.
Todos los cristianos creemos y sabemos que Dios nos creó. Pero muy pocos realmente conocen su verdadera identidad. –Yo soy hijo de Dios responderían algunos, otros más dirán que son creyentes, que tienen a Jesús en su corazón y que lo aman. Aún así, estas respuestas nada tienen que ver con identidad, y una vida sin identidad es una vida sin propósito. Nos convertimos en una especie de “cristianoides”. Diezmamos porque tenemos que obedecer un mandato, pero preferiríamos quedarnos con el dinero porque sabemos que nos hará falta luego. Vamos a la iglesia porque la Biblia dice que tenemos que congregarnos pero la verdad es que a veces sólo es una rutina, es más, en ocasiones deseamos en nuestro corazón que el Pastor ya termine con su sermón del domingo para llegar a nuestra casa. Sabemos que tenemos que compartir el evangelio a otras personas pero la verdad es que nos importan muy poco las miles de personas que hoy mueren sin saber de Jesús. No digo que seamos unos insensibles carnales, sí tenemos algo de Dios, de vez en cuando sentimos hablarle de Cristo a un amigo, vamos a congresos y eventos cristianos en dónde “recargamos nuestras baterías”, que nos duran hasta la circunstancia problemática más próxima o hasta que volvamos a caer en algún estúpido hábito oculto.
Dialogaba con un amigo que acababa de conocer y entre la conversación le pregunté si era católico a lo que me respondió que sí, y en respuesta me hizo la pregunta obligada si yo también lo era. Le dije soy pastor y de inmediato me respondió, desilusionado: he ido un par de veces con ellos a la iglesia, pero son unos hipócritas, te dicen que no hagas esto y aquello pero luego los ves a ellos haciéndolo. Uf esa respuesta me dejo muy triste indignado por tanta realidad a nuestro lado, ¿sabe? ser cristiano nada tiene que ver con tener identidad, aún cuando nos esforcemos por dar un buen testimonio. Para conocer nuestra verdadera identidad debemos retomar las tres incógnitas ancestrales del hombre: ¿De donde venimos? ¿Por qué estamos aquí? y ¿Hacia donde vamos? La primera nos da información acerca nuestro origen, la segunda sobre nuestro propósito y la tercera sobre nuestro destino. Cuando logremos responder estas tres incógnitas entonces sabremos quienes somos en realidad.
Alguien que sí supo quien era fue Jesús, fue constantemente perseguido, lo intentaron matar en más de una ocasión, hasta el mismo Satanás lo tentó y lo trató de persuadir para que no vaya a la cruz.
DESCUBRAMOS JUNTOS TU IDENTIDAD
Tal vez, te hayas sentido confundido, quizá no alcanzas a comprender porque las circunstancias adversas son una constante en tu vida, porque a pesar de esforzarte en agradar a Dios, constantemente eres agobiado por tentaciones, problemas familiares, en el trabajo, etc, incluso has pensado que a Dios se le acabaron las atenciones contigo, que eres un caso perdido, que ya no tienes remedio, quiero decirte un secreto de parte de Dios, que si lo abrasas, te prometo, no importa lo que pase, si estás consiente de ello, siempre podrás levantarte y continuar adelante aún cuando otras personas o ni tú mismo creas en ti: Dios dispuso cada circunstancia en tu vida (sea buena o mala) para forjarte como el buen oro, no hay ningún propósito eterno de Dios para tu vida que tú puedas modificar por lo que hagas o dejes de hacer, al final, si conoces tu identidad lo cumplirás.
David fue una persona con identidad, por eso pudo decir:
El Señor cumplirá en mí su propósito (Salmo 138:8).
Y también exclamó:
Tus ojos vieron mi cuerpo en gestación: todo estaba ya escrito en tu libro; todos mis días se estaban diseñando, aunque no existía uno solo de ellos (Sal. 139:16).
Conocer tu identidad te sostendrá aún en los días más oscuros y difíciles que puedas pasar. Jesús fue una persona con identidad, cuando el estaba colgado en la cruz, humillado y vituperado, cuando aún su Padre le dio la espalda, la única razón por la que no se bajo de esa cruz fue porque sabía bien quién era y porque había venido al mundo, horas antes de su crucifixión Él dijo:
“Pues el padre mismo os ama, porque vosotros me habéis amado, y habéis creído que yo salí de Dios. Salí del Padre, y he venido al mundo; otra vez dejo el mundo, y voy al Padre” (Jn.16:27-28).
IDENTIDAD REVELADA
I ORÍGEN
En la religión tradicional nos hayan enseñado que nuestro origen se remonta al Edén, que venimos del polvo, esto es una verdad incompleta, recordemos que somos seres tripartitas: espíritu, cuerpo y alma (1 Te 5:23). Ciertamente nuestro cuerpo carnal fue formado del polvo, y a polvo volverá, pero hay algo que no hemos visto que antes que el mundo fuese ya estábamos en la mente de Dios, ya existíamos, eso quiere decir que nuestro lugar es celestial y junto al que nos creo y nos hizo. Veamos algunos pasajes bíblicos que nos revelan nuestro verdadero origen.
No fuiste una planificaron humana, Dios lo hizo: “Yo soy tu Creador. Te cuidé aún antes de que nacieras” (Is. 44:2).
Jer. 1:5 Antes que te formara en el vientre, te conocí, y antes que nacieras, te santifiqué, te di por profeta a la naciones.
Rom. 8:29 A los que antes conoció, también los predestinó para que fueran hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.
Job 38:4-7; 21 ¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra? Házmelo saber, si tienes inteligencia. […]¿O quién puso su piedra angular, cuando alababan todas las estrellas del alba, y se regocijaban todos los hijos de Dios? […]¡Quizá tú lo sabes puesto que entonces ya habías nacido y es grande el número de tus días!.
Job 10:8-12 Tus manos me hicieron y me formaron; ¿Y luego te vuelves y me deshaces? Acuérdate que como a barro me diste forma; ¿Y en polvo me has de volver? ¿No me vertiste como leche, y como queso me cuajaste? Me vestiste de piel y carne, me tejiste con huesos y nervios, me concediste vida y misericordia, y tu cuidado ha guardado mi espíritu.
Heb. 2:14 Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo.
Primero, tienes que saber que al igual que Jesús, tú vienes directamente del Padre, aunque no te acuerdas, antes de enviarte a la tierra Él te conoció y te amó, por eso dispuso un plan perfecto y propósito para tu vida.
II PROPÓSITO
Existen 5 propósitos de Dios tu vida
1) CREADO PARA AGRADAR A DIOS
“Porque Tú creaste todas las cosas; existen y fueron creadas para ser de tu agrado (Ap. 4:11). “Porque el Señor se complace en su pueblo” (Sal 149:4).
a) Entrega (Adoración) “Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas” (Mc. 12:30).
b) Temor y confianza “Se complace el Señor en los que le temen, y en los que esperan en su misericordia” (Sal 147:11).
c) Fe “Pero sin fe es imposible agradar a Dios, por que es necesario que el que se acerca a Dios crea que él existe y que recompensa a los que lo buscan (Heb. 11:6).
2) CREADO PARA LA FAMILIA DE DIOS
“Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él. Por su amor nos predestinó para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad” (Ef. 1:4-5)
3) CREADO PARA SER COMO CRISTO
“A los que antes conoció, también los predestinó para que fueran hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos” (Rom. 8:29).
4) CREADO PARA SERVIR
“Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas” (Ef. 2:10). “David, después de servir a su propia generación conforme al propósito de Dios murió” (Hch. 13:36). “El cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu (2 Co. 3:6).
5) CREADO PARA UNA MISIÓN
Este es quizá el propósito más difícil de conocer para el cristiano ya que se requiere de cultivar una relación con Señor” para conocerlo, es un propósito único y es especial y Dios lo preparó para tu vida.
Dios escogió a Moisés para liberar a su pueblo de la esclavitud de Egipto, a Gedeón para derrotar a los Madianitas (Jueces 6:11-8:28), a Pedro para predicarle a los Judíos, etc.
Todos ellos eran los peores candidatos para cumplir las tareas que se les encomendó, simplemente no calificaban. Así es el estilo de Dios, con poco hace mucho y con nada hace todo.
Estamos aquí en la tierra pero no sabemos quienes somos realmente ni la misión que se nos encomendó, eso fue el trabajo del infierno que nunca sepamos lo que somos.
Pero le tengo noticias al infierno nosotros somos el arma ultra secreta de Dios, fuimos entrenados para misiones únicas, a cualquier precio nosotros no somos los que nos acobardamos ni tampoco de los que nos detenemos. Tenemos un destino que no nos permite renunciar. Podrá el enemigo atacarnos y asta hacer estragos en nuestra vida, puede golpearnos y hasta matarnos, pero la tumba no pudo detener al Maestro de Nazareth, Pablo dijo si vivimos somos del Señor y si morimos somos del Señor Aleluya, aún del mismo polvo nos volvemos a levantar una y otra vez en el nombre de Jesucristo de Nazareth.
¿Ahora comprendes porque el enemigo trata de pararte? Satanás le puesto la puntería a tu cabeza porque aunque tú lo ignores, él sí sabe quien eres, por eso intenta que tu misión no se haga realidad en la vida. Recuerda eres invaluable ya que tu precio equivale a la sangre del cordero de Dios, David decía tu vienes contra mi con lanza y jabalina pero yo vengo contra ti en el nombre de Jehova de los Ejércitos y hoy te entregara en mis manos, llego la hora de que el enemigo huya de ti, nunca olvides quien es el que te envía y por lo tanto quien eres:
“Yo les he dado tu palabra; y el mundo los odió, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad. Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo” (Jn. 17:14-16).
“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados (Rom.8:28) “El Señor cumplirá su propósito en mí” (Sal. 138:8a.).
“Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar ni una de ellas” (Sal. 139:16).
III DESTINO
“El futuro es desconocido pero el destino es seguro”.
Nosotros no somos de aquí, nuestro linaje es celestial y un día nos iremos a nuestra patria de vencedores.
“Le dijo Simón Pedro: Señor, ¿a dónde vas? Jesús le respondió: A donde yo voy, no me puedes seguir ahora; pero me seguirás después” (Jn. 13:36) […] “Ya no estoy en el mundo; pero estos están en el mundo, y yo voy a ti” (Jn. 17:11).
“En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me voy y os preparo lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo esté, vosotros también estéis (Jn. 14:2-3).
“Pero nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo” (Fil. 3:20).
“Porque el hombre va a su morada eterna […] antes que el polvo vuelva a la tierra como era, y el espíritu vuelva a Dios que lo dio” (Ec.12:5-7).
Vamos de regreso a casa… ¡Abba Padre Amen.

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